Inteligencia emocional y destino
El CI proporciona pocos datos que explique los diferentes destinos de personas con un alto nivel, hombres que habían obtenido una puntuaciones más elevadas en la facultad de la Ivy league no habían alcanzado demasiados éxitos en términos de salario, productividad y categoría profesional en comparación con compañeros que habían obtenido menor puntuación. Tampoco habían obtenido las mayores satisfacciones en su vida, ni la mayor felicidad en las relaciones de amistad, familiares y amorosas. Pero las habilidades de la infancia, como ser capaz de enfrentarse a las decepciones, controlar las emociones y llevarse bien con otras personas, eran las que marcaban la mayor diferencia. Karen Arnold, profesora de educación en La Boston University, una de las investigadoras que estudio a los alumnos que habían pronunciado el discurso de despedida, señala: “creo que hemos descubierto a los “obedientes”, las personas que saben cómo conseguir su objetivo en el sistema”. LA INTELIGENCIA ACADEMICA no ofrece prácticamente ninguna preparación para los trastornos o las oportunidades que acarrea la vida.
La vida emocional es un ámbito que, al igual que las matemáticas y la lectura, puede manejarse con mayor o menor destreza y requiere un singular conjunto de habilidades. Y saber hasta qué punto una persona es experto en ellas es fundamental para comprender porque triunfa en la vida, mientras otra con igual capacidad intelectual acaba en un callejón sin salida.
Gran parte de las pruebas demuestran que las personas emocionalmente expertas- las que conocen y manejan bien sus propios sentimientos e interpretan con eficacia a lo sentimiento de los demás- cuentan con ventajas en cualquier aspecto de su vida, la personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad.
¿las emociones pueden ser inteligentes?
E. L. Thorndike, planteo en un artículo de harper’s magazine que un aspecto de la inteligencia emocional, la inteligencia “social” la capacidad para entender a los demás y “actuar prudentemente en las relaciones humanas”. Una investigación mas sistemática llevada a cabo por Sternberg lo llevo a la conclusión de Thorndike: que la inteligencia social es distinta de las capacidades académicas y, al mismo tiempo, es una parte clave de lo que hace que a la gente le vaya bien en el aspecto práctico de la vida.
Salovey incluye las inteligencias personales de Gardner en su definición básica de inteligencia emocional, ampliando estas capacidades a cinco esferas principales:
1.-conocer las propias emociones: la conciencia de uno mismo-el reconocer un sentimiento mientras ocurre-
2.-manejar las emociones: manejar los sentimientos para que sean adecuados es una capacidad que se basa en la conciencia de uno mismo.
3.-la propia motivación: ordenar las emociones al servicio de un objetivo es esencial para prestar atención.
4.-reconocer emociones en los demás: la empatía, otra capacidad que se basa en la autoconciencia emocional, es la “habilidad” fundamental de las personas.
5.-manejar las relaciones: el arte de las relaciones es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás.
Las habilidades de las personas en cada una de estas esferas son diferentes. Los errores en las habilidades en las emociones pueden ser remediados: en gran medida, cada una de estas esferas representa un cuerpo de hábito y respuesta que, con el esfuerzo adecuado, puede mejorarse.